viernes, 29 de octubre de 2010

LUIS XVI

Luis XVI de Francia (en francés Louis XVI) (Versalles, 23 de agosto de 1754París, 21 de enero de 1793) llamado Luis el Último (Louis le Dernier) o Luis Capeto (Louis Capet) por los revolucionarios, fue rey de Francia y de Navarra y copríncipe de Andorra, entre 1774 y 1789, y rey de los franceses entre 1789 y 1792.
La llegada de Luis XVI al trono hizo pensar en grandes reformas del reino, pero su falta de carácter, las intrigas de su corte y la oposición de los nobles le impidieron llevar a cabo las reformas necesarias. En cuanto a política exterior tuvo más éxito, debilitando a Inglaterra y manteniendo la paz en Europa.
Intentó en cuatro ocasiones (1774-1776, 1781 y dos en 1787) realizar reformas, estableciendo un impuesto equitativo que sustituyera a la talla heredada del feudalismo. La nobleza de toga del Parlamento de París y la corte de Versalles se negaron a tales reformas, haciendo al rey tener que presentar sus propuestas ante una Asamblea de Notables y más tarde ante los Estados Generales para aprobarlas. En los Estados Generales de 1789, el Tercer Estado, al que no se le concedió el voto por persona que solicitaba se autoproclamó Asamblea Nacional, jurando no disolverse hasta dar una Constitución a Francia. El rey cedió ante la Asamblea, viéndose más tarde obligado a trasladarse al parisino Palacio de las Tullerías. Debido a su desacuerdo con las leyes y reformas (como la confiscación de bienes de la iglesia y la constitución civil del clero), y viendo lo rebajada que había quedado su autoridad, adoptó una doble actitud, aparentando en público estar de acuerdo con la Asamblea y conspirando en privado en contra de ella, para eliminar a los revolucionarios del poder. El rey decidió fugarse para unirse a un ejército afín, pero fue detenido en Varennes-en-Argonne, llevado de vuelta a París y suspendido de sus funciones. A pesar de que hubo un movimiento republicano que exigía que el rey fuera castigado, el monarca firmó la Constitución de 1791 y fue repuesto en sus funciones. En un asalto a las Tullerías, el 20 de agosto fue arrestado (arresto motivado por su negativa a enviar soldados a luchar en contra de Austria y Prusia), puesto a disposición de la Convención (en sustitución de la Asamblea Legislativa constitucional) y procesado, siendo guillotinado el 21 de enero de 1793.

Biografía

Infancia y juventud

Nacido como Luis Augusto de Francia, duque de Berry, Luis XVI fue el quinto hijo de Luis Fernando, Delfín de Francia y María Josefa de Sajonia. La segunda esposa del Delfín era hija de Federico Augusto III de Polonia, rey de Polonia. En el momento de su nacimiento, su padre y su hermano, Luis José Javier (nacido en 1751) le precedían en la línea de sucesión, por lo que nunca se creyó que llegara al trono. Sus hermanos y hermanas fueron:
Luis (a la derecha) y su hermano, el Conde de Provenza (a la izquierda) en su infancia, pintados por François Hubert Drouais.
Luis era un niño sano y robusto, se parecía a su madre por el aspecto físico: era corpulento, su rostro tenía forma cuadrada y unos ojos grandes y azules. De su padre heredó el carácter reservado.[3]
Al morir prematuramente su hermano Luis José, se convirtió en heredero al trono después de su padre. Entonces aparecieron su complejo de inferioridad y la falta de confianza en sí mismo, que lo marcarían durante el resto de su vida.[4] Sus padres lloraron intensamente la muerte de su hijo predilecto y no disimularon su desconfianza en las capacidades de Luis. El duque de Vauguyon, su tutor, quizás por el bien espiritual del chico, no dejó de mentalizarlo en lo inadecuado que sería que poseyera el título de Delfín, anteriormente llevado por su talentoso hermano.[4]
La inseguridad del futuro Delfín no fue compensada por su belleza: su peso fue aumentando (probablemente en esta rama de los borbones hubo un gen de obesidad que causó disfunciones glandulares).[5] Sus ojos azul Sajonia sufrieron miopía. No sintiéndose apto para la vida de la corte, se refugió en la caza, actividad tradicional de la familia real francesa.
El futuro Delfín fue un amante de la literatura y también fue dotado con una gran fe, idónea para un futuro rey de Francia, ya que las relaciones entre la Corona y la Iglesia eran inestables.
Según el historiador francés Ran Halévi:[6] «Luis recibió una educación propia de un «príncipe de las Luces», «Era un monarca iluminado». Los profesores de historia Philippe Bleuzé y Muriel Rzeszutek precisan que «Luis XVI conocía el latín, el alemán, el español, dominaba perfectamente el inglés, practicaba la lógica, la gramática, la retórica, la geometría y la astronomía. Tenía una conocimientos históricos y geográficos incontestables y competencias económicas». Estiman que «estuvo muy influenciado por Montesquieu, quien le inspiró una concepción moderna de la monarquía, libre del derecho divino».[7]
En 1765 murió su padre y se convirtió oficialmente en heredero al trono. Dos años más tarde, también perdería a su madre.
Luis XVI como Delfín de Francia.
Después de la Guerra de los Siete Años Francia se encontraba aliada a su tradicional enemiga, Austria. Para consolidar la alianza, el 13 de junio de 1769, el Delfín se comprometió con la duquesa María Antonieta, hija de la emperatriz María Teresa de Austria. La joven archiduquesa aportó a las arcas reales 200.000 florines, una renta de 20.000 escudos y cantidad de objetos joyas y piedras preciosas.
El 19 de abril de 1770 se celebró el matrimonio por poderes, y el 14 de mayo, con un séquito de 57 carrozas, la Delfina de Francia (como era llamada ahora) llegó a Compiègne, donde conoció al rey y a su marido, el cual estaba acobardado, ya que en sus retratos enviados a Austria fue retocado.[8] El 16 de mayo se celebró la boda de los adolescentes. Para festejarlo, el rey Luis XV, abuelo del Delfín no reparó en gastos (a pesar de que las arcas del Estado estaban en crisis) y programó 15 días de festejos.[9] [10] [11] Después del banquete tuvo lugar la ceremonia del coucher, a la que tuvo que asistir la corte entera. El matrimonio no fue consumado.[12] Esto se prolongó durante bastante tiempo, según algunos historiadores por una fimosis (tal y como insinuaron a los médicos reales en 1772),[13] aunque finalmente rehusó operarse,[14] según otros por un bloqueo psicológico debido a una educación excesivamente religiosa,[15] [16] disparándose rumores sobre la impotencia del Delfín. El matrimonio fue finalmente consumado el 30 de agosto de 1777.[17]

Reinado como monarca absoluto

Luis XVI a los veinte años por Duplessis
La población pensaba que el reinado de Luis mejoraría sus condiciones de vida y los ciudadanos más cultos creían que tendrían una cierta participación en la vida del reino.[18]
El 11 de junio de 1775 se celebró en la catedral de Reims la ceremonia de coronación del soberano.[19]
El reinado de Luis XVI está marcado por numerosas tentativas de reformas económicas e institucionales en la línea de la reforma iniciada por René Nicolás Carlos Agustín de Maupeou (1771) bajo el reinado de Luis XV. Luis XVI restaura los Parlamentos. Por lo menos en cuatro ocasiones (Turgot, Necker, Calonne, Brienne y de nuevo Necker) intenta llevar a cabo reformas más o menos profundas del reino, y más específicamente, el establecimiento de un impuesto igualitario. En cada ocasión se topa con la oposición de los privilegiados (la mayoría de la nobleza y una parte del clero) y sus círculos más próximos (la corte, la reina...). Los Parlamentos, formados por la nobleza de toga, aferrada al mantenimiento de los privilegios, también se oponen y Luis, no piensa en exceder los poderes que le dan las leyes fundamentales del reino, por lo que tiene que hacer avalar sus reformas. Espera lograr instaurar sus reformas en los Estados Generales, los cuales son convocados en 1789.
Si la paralización de sus reformas por parte de la nobleza y alto-clero es su mayor problema político, su mayor problema económico es el creciente déficit. Entonces piensa que la única forma de acabar con él es tomar medidas que comprometan los privilegios de las clases altas. Los Estados Generales, convocados por su primer ministro para intentar llevarlas a cabo lo más apaciblemente posible, escapan rápidamente de su control.

Ministerio de Turgot

Jacques Turgot es nombrado por Luis XVI controlador general de las finanzas.
Turgot se lanza entonces a un proyecto "revolucionario" de creación de un sistema de asambleas con estructura piramidal, elegidas por el pueblo: municipalidades en los municipios, distritos en provincias y finalmente una municipalidad de reino. Como explica en 1854 el historiador Victor Duruy: «Había novedades muy grandes; Turgot planeaba otras más temibles: eliminación de las cargas que asfixiaban a los pobres, establecimiento sobre los nobles y el clero de un impuesto territorial; pero mejora de la situación de los curas y vicarios, que poseían la porción más pequeña de las rentas de la Iglesia y supresión de la inmensa mayoría de monasterios, igual participación en el impuesto a través de la creación de un catastro, libertad de pensamiento para los protestantes, rescate de las rentas feudales, el mismo sistema de peso y medida para todo el reino, libertad de pensamiento también para la industria y el comercio y finalmente, como Turgot se ocupaba de necesidades morales y materiales un vasto plan de instrucción pública para difundir las Luces (los principios de la ilustración)».[20]
Se formó una gran coalición de individuos cuyos intereses se veían perjudicados por las reformas, contra Turgot: poseedores del monopolio del grano, parlamentarios pertenecientes a la nobleza de toga, privilegiados...etc. A esta coalición se unieron los allegados del rey (el ministro Maurepas y la reina María Antonieta). El rey intentó resistir a los privilegiados, su ministro y a la reina, con el fin de mantener los planes de Turgot. En marzo de 1776 declara: «Veo que sólo Turgot y yo amamos al pueblo.»[21] Hubo graves disturbios: en casi toda Francia, estallaron revueltas populares por el precio de la harina (llamadas la guerra de la harina), probablemente organizadas por algún príncipe de sangre, que junto a la rica burguesía eran perjudicados por las reformas económicas,[22] los cuales espolearon al ya molesto pueblo, hambriento.
Tras dos años de resistencia, Luis XVI y sus ministros reformistas cedieron a las presiones. Malesherbes dimitió y el soberano se vio obligado a cesar a Turgot en 12 de mayo de 1776 y desbaratar sus reformas.[23]

Ministerio de Necker

El sustituto de Turgot murió varios meses después del cese. En octubre de 1776, Luis XVI nombró a Jacques Necker director de finanzas (el equivalente a controlador general de las finanzas). Era una elección triplemente vanguardista: Necker era plebeyo, extranjero (ginebrino) y protestante.
Luis XVI y Necker volvieron a las reformas esenciales. El ministerio de Necker está caracterizado así por la liberación de los últimos siervos del reino, por una ordenanza del 8 de agosto de 1779.[24] Esta ordenanza estuvo favorecida por Voltaire, que en 1778 apoyó la causa de los siervos del Mont-Jura y la abadía de Saint-Claude.[24] Sin embargo, la ordenanza apenas fue aplicada y la servidumbre persistió localmente hasta la Revolución, cuando sería eliminada con la abolición de los privilegios la noche del 4 de agosto de 1789.[24]
Abolió además la pregunta previa (aplicada a los condenados a muerte). También proyectaba una organización de asambleas provinciales, pero con un fin meramente financiero.[25]
Luego de la publicación por parte de Necker de la rendición de cuentas del estado de las finanzas en 1781, la "guerra" que tan buen resultado dio con Turgot comenzó con su sucesor. El Parlamento rechazó el edicto que restablecia las asambleas provinciales y los cortesanos, viendo mermados sus presupuestos usaron la calumnia para socavar la autoridad del rey y de sus ministros. El monarca y Necker no pudieron permanecer demasiado tiempo soportando la oposición de los privilegiados, presentando su dimisión, que fue aceptada el 21 de mayo de 1781.[26]
Un edicto del 8 de agosto de 1779 autorizaba a las mujeres casadas, los mineros y los monjes a gastar la pensión sin requirimiento de autorización (del marido en el caso de la mujer casada).[27]

 Ministerio de Calonne

Luis XVI nombró a Charles Alexandre de Calonne, con reputación de buen técnico de las finanzas, como inspector general de las finanzas (noviembre de 1783) y luego ministro de Estado para reemplazar a Necker. Calonne llevó a cabo durante tres años una política de gastos y préstamos, de "reactivación" según algunos (grandes trabajos en transportes, la industria, el tratado de comercio con Inglaterra en 1786) destinada a recuperar el crédito del Estado.
Pero fue en falso. Calonne tuvo que volver al mismo plan de reformas de sus predecesores: liberalizar el comercio interior eliminando las aduanas interiores, suprimir los tratados, reducir la talla, reemplazar las corveas reales (trabajos gratuitos de plebeyos para la Corona, en naturaleza, medievales) por un impuesto metálico, transformar la Caja de descuento en un banco estatal y sobre todo someter a los privilegiados a un impuesto y a la subvención territorial; establecer las asambleas provinciales, elegidas, que repartirían este impuesto. Así como Turgot, Calonne pretendía crear una pirámide de asambleas locales (asambleas parroquiales, asambleas municipales y asambleas de distrito) elegidas por los contribuyentes.
Luis XVI le dijo a Calonne: «¡Es puramente de Necker lo que usted me propone!», pero el plan era más parecido al de Turgot. Una de los principales redactores del proyecto era el fisiócrata Pierre Samuel du Pont de Nemours, antiguo colaborador de Turgot.
Para no enfrentarse con la minoría noble de toga del Parlamento, que siempre rechazaba las reformas, el gobierno tuvo que convocar una asamblea de 144 notables (también privilegiados) para llevar a cabo su proyecto. Pero reunida en febrero-marzo de 1787 deniega el impuesto territorial igualitario. El monarca, que había mantenido su apoyo a Calonne durante varios meses, lo retira bruscamente en abril de ese mismo año,[28] posiblemente bajo la influencia de la corte, la reina o la opinión pública.
En enero de 1787, Luis XVI abolió el peaje personal que debían pagar los judíos de Alsacia.[29]

La Guerra de Independencia americana
En el verano de 1776 llegó a Francia la noticia de la proclamación de independencia de las colonias americanas de Inglaterra. Ya en el año anterior tuvieron lugar negociaciones entre las colonias y Francia. Finalmente, Vergennes convenció a Luis XVI para entrar en la guerra por la libertad de las colonias, en detrimento de la hostiles ingleses. El objetivo de Francia era recuperar las colonias perdidas en la guerra de los Siete Años.
El 8 de febrero de 1778 se hizo pública la alianza franco-americana. Ese mismo año, Luis XVI acogió en Francia a Benjamin Franklin y convenció a Carlos III de España para que se aliara a las colonias. Otra noticia importante fue que María Antonieta quedó, en la primavera de 1778 embarazada. Daría a luz el 19 de diciembre del mismo año, con una gran decepción para los presentes: una niña, llamada María Teresa. Entretanto, Francia había cosechado numerosas victorias, entre las cuales, en la decisiva batalla frente a la isla Oussant, el 27 de julio de 1778. El propio Luis XVI, con ayuda de Sartine, ministro de la Marina planificó ataques en la Mancha.[30] En 1779, los franceses lograron reconquistar el Senegal, pero sufrieron varias derrotas navales; además su flota y la española fueron diezmadas por enfermedades como la disentería.
El rey decidió guarnecer América enviando numerosas tropas, compuestas en parte por nobles cortesanos, en ayuda del general Washington. El 1781 fue un año rico en acontecimientos: en América tuvieron lugar numerosas victorias durante el asedio de Yorktown, y en Francia, el 22 de octubre María Antonieta dio a luz al tan deseado Delfín, Luis José. Otro hecho importante fue la muerte el 21 de noviembre de Maurepas. Los cortesanos se preguntaron entonces quién sería el sucesor, mas el soberano lo aclaró todo al decir las siguientes palabras: "J'entends regner" (yo pienso reinar).[31]
El 2 de febrero, la flota franco-española reconquistó Menorca al derrotar a la flota inglesa. En la noche entre el 8 y el 9 de abril, Luis XVI se comprometió a calmar una sublevación burguesa en Ginebra actuando bajo los principios del absolutismo, olvidando que estaba luchando en América por la libertad y la igualdad.[32] Como consecuencia de este acontecimiento, los delegados del Congreso americano, Benjamin Franklin, John Adams y John Jay rechazaron los acuerdos con Francia y firmaron una paz separada con Inglaterra, lo que hizo montar en cólera al rey francés, que ordenó a Vergennes reprender a Franklin.
Finalmente, el 20 de enero de 1783 se llegó a un acuerdo, cuando los delegados franceses, españoles, americanos e ingleses se reunieron en la Sala del Consejo del palacio de Versalles. La firma del acuerdo trajo consigo la obtención por parte de Francia del Senegal, de algunas islas caribeñas y de escalas comerciales en la India y Dunkerque, mas los franceses perdieron seis millones de libras acordados inicialmente con los americanos, con lo que se agravó la crisis financiera del Estado. El déficit llegó a los 80 millones de libras.[33]
Relaciones con Austria
Artículo principal: Guerra de Sucesión bávara
Artículo principal: Guerra de la marmita
En los primeros meses de 1778 estalló la guerra de Sucesión bávara a causa de los supuestos derechos al trono bajo-bávaro del emperador José II, hermano de María Antonieta. La reina, sufriendo constantes chantajes psicológicos por parte de su madre, y hábilmente manipulada por el embajador Mercy,[34] habló a su marido y a sus ministros sobre la causa austríaca, pero éstos y el rey se opusieron, no valiendo para nada los arrebatos de la reina y tampoco su embarazo en primavera cambió la situación. Luis XVI decidió hacer de mediador entre las dos partes, pidiendo a José II que renunciara a sus derechos al trono de Baja Baviera. La paz fue firmada en Teschen, el 13 de mayo de 1779.
En 1782, José II le pidió expresamente a su hermana que le pidiera al rey intervinir en apoyo de Austria y Rusia en una operación ventajosa para las tres naciones. Junto con la zarina Catalina II, José II tuvo intención de repartir el Imperio Otomano, y Egipto fue ofrecido a Luis XVI a cambio de la neutralidad de Francia. El soberano pudo aceptar esta oferta, mas le escribió una carta a su cuñado en la que denunció el monstruoso sistema de las compensaciones, que causó conflictos perennes en el viejo continente. José, resentido y enfadado y convencido de que desde hacia tiempo Francia era protectora del Imperio Otomano y lo hubiese defendido, se vio obligado a renunciar a sus planes. María Antonieta tuvo un acercamiento con Luis, quedando nuevamente embarazada y teniendo un aborto involuntario el 1 de noviembre de 1783.
En 1784, José, renunciando a los Balcanes, se centró en los Países Bajos. Quiso que los holandeses reabrieran la desembocadura del río Escalda para permitir la plena expansión del puerto de Amberes, en los Países Bajos austríacos. Aquello fue una violación de la Paz de Westfalia de la que Francia se percató. Los planes del emperador, además de violar los intereses comerciales holandeses, molestaron a los franceses. Exasperado de su cuñado, el cual no paraba de poner en peligro la paz en Europa, Luis no tuvo ninguna intención de apoyarlo; además la opinión pública gala se alineó con Holanda, teniendo incluso un ataque de rabia contra el emperador.
El emperador ejerció nuevas presiones sobre María Antonieta, pero para nada valieron las peticiones de la soberana, aunque quedara embarazada por cuarta vez. No tuvo otro remedio que confesar a su hermano su derrota. Aunque intuyera que el rey no lo apoyaría, José II se reafirmó por la fuerza y mandó un buque austríaco por el Escalda. Después de varias advertencias, los holandeses dispararon al barco. El emperador amenazó con declarar la guerra. Cuando las hostilidades llegaron al punto de poder hacer desaparecer la paz en Europa, Luis XVI apareció como pacificador. José, para renunciar a sus conquistas pidió 10 millones de florines, rebajados a ocho por los holandeses. Luis XVI se ofreció a pagar los dos millones restantes, por amor a la paz, tal y como dijo.[37] Esta inútil maniobra de reconciliación fue atribuida a la influencia de la reina, la cual, el 27 de marzo de 1785 dio a luz a otro varón: Louis Charles (Luis Carlos). Un año después tendría a Marie Sophie Hélène Beatrice (María Sofía Elena Beatriz), la cual moriría casi al año de vida de tuberculosis

2 comentarios:

  1. Cuando el rey mandó a La Fayette a América del Norte,lo hizo con una sola intención:reconquistar Canadá. Si La Fayette le hubiera entendido,todavía Canadá sería francesa.

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  2. Cuando el rey mandó a La Fayette a América del Norte,lo hizo con una sola intención:reconquistar Canadá. Si La Fayette le hubiera entendido,todavía Canadá sería francesa.

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